"Dare to be dare."
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20100721

21072010


Las vacaciones de verano son las más esperadas por muchos, ya que son las más largas de todo el año, además que están hechas para brindar descanso y relajación a los que gozan de tenerlas. Para mi, éstas vacaciones serían diferentes, ya que aprovecharía mi tiempo libre para estar más al pendiente de mis diferentes blogs, poder tener preparados post más completos y publicarlos más continuamente.

Sin embargo, lo que menos he tenido en las vacaciones escolares, es tiempo, pero ese tiempo que he estado invirtiendo lo vale cada segundo, ya que me la he pasado aprendiendo lo que más me apasiona: coser y hacer ropa. Muchos piensan que estudio algo relacionado con la moda, pero no es así, todo lo que había hecho anteriormente lo había aprendido por mi cuenta, ya que es la pasión la que me motiva a hacerlo, pero ahora he tenido la oportunidad de meterme de lleno a aprender como se debe, y que mejor forma de hacerlo, que con mi propia madre.


Mi madre trabajó muchos años dentro de la industria, pero ahora ha decidido tener su propio atelier, es por esto que se me han abierto millones de posibilidades, pues quien no desearía tener un taller de costura al alcance para poder hacer todas esas cosas creativas que rondan en la mente. Es así como el tiempo se me ha pasado de forma veloz, dejándome poco para ustedes, pero eso no quiere decir que me haya olvidado del blog y mucho menos de escribir de lo que tanto me gusta.

Si bien aún no publico nada sobre couture, y ni siquiera termine menswear, en ésta ocasión les traigo un post especial, pues les vengo a contar sobre el making off del primer vestido que hice, en compañía con mi madre. La idea de realizar un vestido juntos se dio por que mi prima tendría su primera comunión y mi mamá sería su madrina, siendo la encargada de vestirla y hacer todo ese tipo de cosas para esas ocasiones. Mi madre insistía en ir y comprar un vestido, pero yo le dije que si teníamos la facilidad.. ¿Por qué no hacerlo?


Es así como me puse a dibujar algunos sketches para ir viendo ideas y moldear el resultado final. He de confesar que con toda la emoción que traía, algunas de mis propuestas eran algo fuera de lugar, ya que no iban para ese tipo de ceremonias, ni para una niña de 12 años, además que contábamos con sólo 4 días para realizar todo el proceso. 

Finalmente quedó establecido el diseño guía y las medidas de mi prima fueron tomadas, para después darnos a la tarea de ir a comprar las telas, cosa que no es nada fácil, pues hay que tomar muchas cosas en cuenta, además de que hay tantas telas tan bellas, que es difícil decidirse por alguna. Al final escogimos los básicos para esos vestidos y tras comprar varios metros de razo, organza y tul, nos dirigimos al taller para realizar los trazos y sacar los patrones.


Después de arduas explicaciones sobre trazo y corte, los patrones fueron obtenidos y pasados a la tela muestra, para sacar las piezas, ensamblarlas y ver qué tal quedaba el vestido prueba. Los detalles fueron afinados y los patrones estaban listos para cortar directo en la tela para el vestido.

A pesar de que teníamos el diseño guía, le fuimos haciendo más modificaciones sobre la marcha, viendo sobre maniquí lo que nos gustaba y lo que no, las caídas y todos los demás detalles. Yo soñaba con hacer un vestido vaporoso, pues como mi prima es muy alta y delgada [Si así está a sus 12, a sus 18 no me la imagino] le queda perfecto llevar un top ajustado arriba, y capas y capas de tela abajo. Mi madre no estaba muy convencida con eso, así que el trato final fue hacerle una falda de organza con plisados, para darle volúmen, pero que no se viera muy exagerado. 


Después de cortar las piezas para el top sobre el raso, tuve que cortar otras iguales sobre organza, pues forraríamos el raso con ella, lo que terminó es una cosa hermosa, pues la organza era realmente bella, con un tejido discreto y con ligeros destellos. Tras ensamblar las piezas a mano y fijar las dos telas, el top quedó listo para unirse a la falda de raso, la cual serviría de fondo para la falda de organza.

Para la falda de organza, ocupamos varios metros de tela, pues debía de quedar con volúmen, pero lo que más me divirtió hacer fue la costura a mano de las orillas, pues realmente te entretienes cosiendo tan finito para que quede una línea casi invisible, pero que le da cuerpo a la caída de la tela.


Poco a poco el vestido fue tomando forma, mientras que yo aprendía a crear efectos impresionantes con tan sólo un par de puntadas, a hacer costuras casi invisibles, y costuras para adornar los terminados. Realmente un arte hacer éste tipo de vestidos, requieren de mucha dedicación, pero sobre todo de mucha, pero mucha paciencia.

Para el cuarto día, el vestido estaba a un 95% de ser completado, sólo faltaba la prueba final y afinar los pequeños detalles, además de agregarle el detalle en el cinturón, ya que aún no decidíamos si iba a ser un moño, con una caída al frente de tul, o bien una flor hecha a mano con organza, acompañada con un cinturón de tul. A mi prima y a mi mamá, como buenas féminas, les agradó más la idea de la flor, así que nos dispusimos a hacerla.


Finalmente el vestido quedó terminado, con un diseño mucho más sencillo a comparación de mis ideas iniciales, pero sin duda complaciendo totalmente mis expectativas, pues como siempre dicen, menos es más, y con su forma pura y con un ornato sencillo, fue una delicia. Esto lo comprobé aún más el día de la ceremonia, pues al terminar la misa de mi prima, afuera había un par de niñas esperando a entrar para hacer lo mismo, pero las pobres iban enfundadas en unos verdaderos vestidos de pastel, con bordados exagerados y con velos por todos lados.

Dicen que los diseñadores tienen mucho ego, y sienten que todo lo que hacen está bien... Estoy de acuerdo con los que están en contra de eso, pues no todo está bien, y de los errores hay que aprender, pero una vez que uno vive eso, de ver una de tus creaciones vueltas realidad, ver que alguien es feliz usándola y que a los demás les agrada, uno no puede sonreír y sentirse simplemente maravilloso. Pero claro, yo no tengo ni mucho ego ni me siento el nuevo Galliano, para eso me faltan años luz, pero por lo pronto, vamos aprendiendo.


Es así como viví mi experiencia al realizar mi primer vestido, en el cual me tuve que acoplar a varios gustos y puntos de vista, pero al final fue muy divertido, muy enriquecedor y maravilloso, pues aprendí demasiadas cosas, me di cuenta que ésta es mi verdadera pasión y que los sueños son totalmente posibles.


Por ahora los dejo, pero espero que hayan disfrutado de leer esto, espero con ansias sus comentarios, y les pido una disculpa por las malas fotos, pero mi celular no da para más. Ahora que el fotógrafo tenga listas las fotos de mi prima en la ceremonia, les mostraré algunas, pero por lo mientras les dejo éstas. Que tengan un gran día.

Click en las fotos para verlas con mayor calidad.



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