Keep it fresh, keep it mint [...]
Desde que tengo memoria, siempre he sentido fascinación por los colores y sus infinitas tonalidades. Aquella descomposición de la luz que da como resultado tonos que son realmente increíbles. Existen recuerdos de mi niñez en el pasillo de acuarelas o en el departamento de arte y diseño en Lumen, en donde podía pasar horas admirando las cajas de lápices de colores, o los estantes con pinturas acrílicas en mil colores.
Si bien cada tonalidad me gusta, existe una gama en particular que es mi favorita: aquella gama de transición entre el azúl y el verde, aquellos colores que van desde turquesas intensos, pasando por acquas y llegando a los tonos pistache. Pero existe un color de esa gama que se ha convertido en mi obsesión desde hace ya unos meses; El color menta.
El color menta ha aumentado su presencia dentro de las pasarelas en las últimas temporadas, tal vez fue ahí cuando me comencé a enamorar en serio, pero analizando todo lo que nos rodea, me di cuenta de que este color se encuentra en todos lados, no sólo en las prendas de los desfiles.
Desde pequeños accesorios de algún outfit, hasta muebles y decoración, paredes y papel tapiz, en todo lo que queramos. El menta es el acento perfecto para aderezar algún look, o algún ambiente. Ya sea en sus tonalidades más vivas, que expresan más frescura y diversión, hasta sus tonalidades más pálidas, o pasteles, que dan aires de tranquilidad y bienestar.
Menta, menta, menta, aquel color con el que también te puedes divertir, si no gustas de adoptar a los fosforescentes, o aquel color con el que te puedes poner en un papel más serio, sin caer en los eternos neutros. Menta, mi color favorito para el verano, y con el que me podría divertir bastante para el otoño.
Fotos vía Tumblr | Lookbook.nu
Alexino H.
